Los encuentros fortuitos en lugares recónditos de las ciudades comienzan a ser cada vez más visibles ayudados sobre todo por Internet y algunas aplicaciones móviles para ligar como Grindr o Growlr. Realmente, la persona que realiza esta práctica sexual tan furtiva extrapola a la realidad una de las fantasías sexuales más recurridas por hombres y mujeres de todo el planeta.

La palabra cruising es un anglicismo que proviene de Estados Unidos y que tiene su primera aparición durante los años 70 en un lugar tan conocido y yanqui como la Ruta 66. Exactamente el enclave se encuentra en la zona de Alburquerque, Nuevo México, en un bar gay llamado Booze’n’Cruise y en el que de manera discreta, personas que recorrían la emblemática ruta, quedaban en los baños del establecimiento para pasar un buen rato teniendo sexo. Actualmente el término se le ha adjudicado al argot gay tomando prestado el nombre del local.

Normalmente el cruising es una práctica que se le atribuía de manera exclusiva al mundo gay pero cada vez son más las personas heterosexuales que se unen a este estilo de encontrar sexo esporádico en las calles. Estaríamos hablando por tanto de dogging.

El dogging que también es un término que proviene del inglés, exactamente de dog (perro) tiene bastante que ver con la palabra anterior. Si nos remontamos al pasado, el dogging se le atribuyen a todas esas personas que sacaban a pasear al perro y para matar dos pájaros de un tiro acababan manteniendo relaciones sexuales con desconocidos por diferentes lugares de Londres. A diferencia del anterior podemos decir que se amplía el margen en la orientación sexual de quienes lo practican a pesar de que sean ellos, los hombres, los que se lleven de nuevo la palma.

El dogging es un anglicismo que traducido al español tiene que ver con la palabra 'cancaneo' aunque el significado de este vocablo no se ajuste totalmente al término sexual. Entonces, ¿qué relación tienen ambos términos? Fácil. Sí os fijáis dog es perro en inglés y can en español. Al construir en verbo el sustantivo el primero forma dogging y el segundo cancanear. ¡A qué nunca lo habrías relacionado!

A pesar de creernos muy modernos ambos términos llevar practicándose durante toda la historia, incluso si nos remontamos a la antigua Roma son numerosos los vestigios encontrados que describen a quienes ya se dejaban perder por las calles o las orillas de los ríos para saciar sus ansias de placer. Los baños públicos, hoy en día saunas gays, eran entonces el centro neurálgico de este tipo de encuentros fortuitos.

Hoy en día hay que tener sumo cuidado a la hora de tener relaciones sexuales de este estilo. Son muchos los peligros a los que se someten aquellos que buscan la emoción de practicar sexo con desconocidos. Desde el robo hasta el contagio de enfermedades de transmisión sexual. La higiene es otro de los elementos básicos que hay que tener en cuenta a la hora de hacerlo pero la discreción también te ayudará a que no te reconozcan por la calle. Si no quieres…