Cuando lo feo se convierte en morboso

La época en la que mostrar un pecho en televisión era un escándalo ya queda muy atrás. El porno se ha ido reinventado poco a poco, y ahora lo que se lleva es un porno mucho más amateur, grabado en ocasiones en baja calidad, con chicas no profesionales y personajes desagradables que más que eróticos hacen gracia

Desde que laDirectora General de Cinematografía del Ministerio de Cultura, Pilar Miró (PSOE), legalizara el cine porno en España han pasado muchos años. Para losciudadanos de este país el despelote significaba la revolución sexual delcine y el pecho de Sabrina ocupaba las pantallas de la televisión nacional. Todo ello hizo impulsar poco a poco la industria de la pornografía. Hoy, todo eso superado, se apuesta por llevar este género hasta el frikismo.

Todo tiende a cansar. Durante una larga temporada serealizaron miles de películas X donde el argumento dejaba bastante que desear.Poco a poco, estas películas fueron adquiriendo diferentes temáticas propulsadopor el avance de internet y las nuevas tecnologías que permiten además serdueño, productor y director de tu propia marca de cine X.

Es en Ignacio AllendeFernández, alias 'Torbe' donde encontramos la figura del mayor representante del 'porno freak'. Un tipo de género que va más allá de las escenas basadas enel fontanero que 'se tira' a la dueña de la casa. Un porno mucho más amateur,grabado en ocasiones en baja calidad, con chicas no profesionales y personajesdesagradables que más que eróticos hacen gracia. Un género, desde mi punto devista, sin gusto y que relega a las mujeres a la altura del betún. Aunque hay que reconocer que cada vez se hace más fuerte en las redes sociales.

De Fernando Esteso al 'porno freak'

Chicas a las que no por mucho dinero se les ofrece ser lasprotagonistas del vídeo porno es la base del frikismo erótico. Lo feo seconvierte en morboso y lo antiestético en sexy. ¿De verdad que la industria delcine para adultos no puede hacer un género de calidad donde disfruten ambos sexos? Debe de ser que no, o es que yo estoy confundida y ya nodiferencio lo bonito de lo feo. Aunque es cierto que si nos hemos criado con el machismo másabsoluto de las películas de Fernando Esteso, donde señores de edad tocabanlas tetas de jóvenes suecas, ahora esto no resulta tan incomprensible.

Al fin y al cabo, cada uno es libre de ver el porno quequiera o de venderse por una escena de mayor o peor calidad. Yo siempre soydefensora del buen gusto, pues es lo que al final hace que se respeten todo tipode ideas u opciones. Si no queremos seguir escondiéndonos de ver pornografíadeberíamos apostar por una industria menos freak y más acorde con el sexoerótico y de calidad.

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