Errores y aciertos del sexo en las primeras citas

En ocasiones se alinean los astros, se para el tiempo y surge lo improbable. El sexo en las primeras citas no es algo malo pero lo cierto es que hombres y mujeres responden de manera diferente ante esta situación. ¿Cómo evitar un gatillazo ante una mujer despampanante? ¿Sigue siendo un estigma para ellas hacerlo en la primera cita?

Echar un polvo tras la primera cena, salida o café en el Starbucks. ¿Por qué debería ser algo malo? No lo es pero tampoco bueno si no se establecen unas normas. Depende de la situación, del objetivo y por supuesto de las dos personas que el encuentro salga a pedir de boca. Hasta ahora, el pensamiento colectivo de una sociedad machista tachaba de facilona a la mujer que lo daba todo desde el primer momento. Poco a poco la realidad va cambiando y el colectivo femenino tiene que aguantar cada vez menos el "qué dirán" si su primer encuentro acaba entre las sábanas de una cama.

Depende de muchos factores, entre ellos el entorno y la edad de los sujetos, para señalar con el dedo a quién vive su sexualidad de forma libre. A pesar de ello, queda mucho por hacer pero la discreción es algo que ayuda bastante a salir del paso. En la mayoría de los casos las situaciones no se buscan, surgen. Buscar sexo no es malo. Es una conducta innata de los animales. Es física y química animal unida a la atracción y al deseo del ser humano. ¡Cuidado! No todas las experiencias sexuales pueden ser "perfectas" en la primera cita por eso debemos tener en cuenta los cinco errores y los cinco aciertos que puedan surgir en estas ocasiones:

Aciertos

Protección: Usar condón. No vale que ella tome la píldora ni que él esté como un roble de sano. Los métodos anticonceptivos de tipo barrera no solo previenen de embarazados no deseados sino también de enfermedades de transmisión sexual. Hay hombres a los que no les gusta mucho ponerse la goma pero chicos... ¡más vale prevenir que curar! El Sida no es la única ETS que existe, recuerda que el VPH es una de las enfermedades venéreas que más se contagian en nuestros días y no sólo a través de la penetración.

Innovación y aperturismo: No hay que pasarse de fogoso pero tampoco de mojigato. Estar abiertos al sexo, innovar y buscar nuevas opciones para pasarlo bien en la cama ayudarán a conocerse ambas personas desde la primera cita, aportando cada uno su experiencia sexual en el acto.

Sinceridad: Decir lo que a uno le gusta o lo que no es básico para no meter la pata. Hay hombres para los que su ano es sagrado y prefieren que quede en oculto, intacto, sin roce. Un dedo cerca puede llegar a interrumpir el sexo en el acto. También hay mujeres a las que las felaciones les provocan arcadas. Establecer una línea a seguir desde el primer momento ayudará al buen entendimiento entre ambos.

Respeto: Un no es un no. Ya habrá momentos para convencer sobre una práctica determinada cuando la fogosidad del momento se apague. El respeto y la comunicación son los dos pilares básicos para que las relaciones funcionen. Traspasar una línea sin el consentimiento del otro puede convertir polvo maravilloso es una relación fugaz.

Vivir el momento: Dejarse llevar por las situaciones es algo que solo ocurre en determinados momentos de la vida. Es como tirarse en paracaídas o hacer puenting. Una experiencia diferente que activa la adrenalina y con las que las personas puede disfrutar al máximo de la experiencia.

Errores

La inseguridad: Dejar la luz apagada, echar un polvo con ropa, quejarse constantemente del cuerpo de uno mismo. La inseguridad es una de las mayores lacras en la cama. Este sentimiento no solo afecta al que lo padece, ya que emerge del cuerpo para trasladarse al del otro. Al final desencadena situaciones tan incómodas capaces de hacer que la primera vez se convierta en la última.

Ser quien no eres: Hay quienes para gustar a la otra persona intentan forjarse una personalidad que no les corresponde. A este tipo de hombres y mujeres se les ve a la legua. Si nunca te has comido un rabo no actúes como si fueras la mismísima Jenna Jameson pues te van a cazar. Recuerda que te ha elegido a ti por tu personalidad y es eso lo que espera en la cama.

Olvidarse de uno mismo: En la vida siempre abogo por pecar un pelín de egoísta. No debemos pasarnos de la raya y esperar que la otra persona dedique todo el polvo al placer de la pareja pero sí reconducir situaciones. Hay quienes lo dan todo en la cama por la otra persona, olvidándose de su placer. El disfrute a la par es otro de los elementos claves para que la situación se vuelva mágica.

Acceder a deseos sexuales del otro por miedo a su reacción: De los creadores de "el miedo al qué dirán", llega "el miedo a qué pensará". Preocuparnos de lo que le pasa por la cabeza a la otra persona mientras se echa un polvo es un error. Esperar a que él o ella te pida algo o simplemente preguntar facilita la comprensión entre ambos. Hacer algo que uno no quiere sucede cuando comienza a existir un sentimiento que va más allá de lo meramente físico y trasciende a la esfera del enamoramiento. Cuando uno se enamora está dispuesto a hacer lo que sea por la otra persona por encima incluso de sus valores o deseos.

Pecar de sinceridad: Una cosa es que la comunicación fluya como el agua desde la primera cita y otra muy diferente es ser tan sinceros como para decir la cantidad de celulitis que una tiene en los muslos o decirle a un chico que con pantalón puesto parecía que tenía el pene más grande. Hay frases y frases y algunas desde luego son clave para un "si te he visto no me acuerdo."

Al final todo lo anterior se resume en tres premisas: comunicación, respeto y libertad sexual. Si tenemos en cuenta estas tres claves aderezadas con una mente abierta las primeras veces comenzaran a ser mucho más divertidas y se evitarán algún gatillazo que otro.

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