Carlos salió tarde de trabajar. Una noche más. Recoger vasos, barrer el local. En esos momentos se le venía a la cabeza las veces que su madre le había dicho que debía estudiar Derecho. "Derecho -pensaba él- y mira como ha acabado Mario... Igual que yo, tras una barra. "Ojalá pudiera mirar el futuro por un agujero y ver lo bonito que sería una vida fuera del bar...", se resignaba.

Unos halógenos rosas le marcaron el camino. "¿Por qué no? Nadie me espera en casa". Se adentró con paso firme en el "Luxury Map", un local de esos a los que su padre se refería como "de mente abierta." Hoy Carlos buscaba algo nuevo. Hoy Carlos quería ver bailar a Lucinda, Cris o Jessica sin que ellas le vieran. Y ya que Carlos no podía ver el futuro por un agujero... al menos sí, las podría ver a ellas. 

Mirar a través de una mirilla, por un recoveco. Espiar mientras dos personas mantienen una relación sexual. Todo ello está plagado de emoción, erotismo y morbo. Los Peep Shows nacen con un reto, despertar los instintos más carnales sin necesidad de establecer ni siquiera contacto físico.

Algunos Sex Shop o locales de Striptease ofrecen este tipo de servicio. Se le conoce también como Peep Box (caja de sorpresas). Como diría Forest Gump, "nunca sabes lo que te vas a encontrar." En este caso lo común es toparse con una escena de sexo, un striptease pero también una película o fotografías en las que evidentemente la temática sexual lo invade todo.

No es algo nuevo. Nuestros antepasados estaban aún más salidos que nosotros y ya ideaban juegos de este calibre. Desde el siglo XV se conocen este tipo de espectáculos en diferentes culturas. Una caja de madera tallada con agujeros era suficiente como para levantar los ánimos y otras cosas de los hombres que miraban a través de ellos.

La diferencia es que en vez de mujeres se utilizaban dibujos eróticos o grabados. Con el tiempo, un orador iba dramatizando el significado de las imágenes para dar más realismo al asunto.

Más adelante, en el siglo XIX, las fotografías pasaron a ser diapositivas que se accionaban a través de manivelas. En China se les conocía con el nombre de yang p'ien. Con el tiempo y la llegada del cine se fueron sustituyendo las fotografías por películas, dando un empujón a la evolución de los denominados en ese momento como Rarees Shows.

En el siglo XX poder acceder al contenido erótico comenzó a formar parte de un juego. A través de una ventana o ranura se podían ver imágenes de alto contenido erótico e incluso mujeres teniendo sexo o bien masturbándose. Sin embargo, las ventanas se abrían por un corto periodo de tiempo y sólo se volvían poner en funcionamiento  en el caso de insertar más monedas a través de una ranura que accionara de nuevo el mecanismo.

Grandes artistas como Madonna han llegado a plasmarlo en vídeos musicales como el de Open Your Heart, en el que se muestra a la cantante como una bailarina en un Peep Show.

Hoy en día la mayoría locales de striptease y muchos sex shops ofertan este tipo de contenido "lúdico-erótico." La picaresca de las ventanas hace crecer el morbo del cliente y el bolsillo del dueño del establecimiento.