Sexismo

Hace muy poco aprendí que debemos tener sumo cuidado con las palabras que utilizamos sobre todo cuando pueden llegar a herir la sensibilidad de las personas e incluso de todo un colectivo.

Este es el motivo por el que esta semana trataremos la palabra sexismo como la adecuada para describir la "discriminación de las personas por razón de sexo". Este es la descripción que la Real Academia de la Lengua le da a este término pero el significado es mucho mayor. Al hablar de sexismo nos referimos a una actitud discriminatoria de quien infravalora a las personas del sexo opuesto o hace distinción de los individuos según el género o su orientación sexual. Hablamos no sólo de heterosexuales, también de homosexuales, transexuales o pansexuales.

En la sociedad en la que vivimos estamos cada vez más acostumbrados a que las actitudes machistas pasen desapercibidas. En la publicidad, en el acceso al trabajo e incluso en la ocupación de cargos relevantes de grandes empresas las mujeres siguen relegadas a una posición por debajo de los hombres por culpa del pensamiento androcentrista que aún convive entre nosotros. Podríamos estar hablando de infinidad de situaciones en las que las mujeres quedan en un segundo plano, sin embargo el hombre tampoco sale bien parado en todos los casos. Si en un anuncio de patatas una mujer vestida de policía lanza un piropo sexista a un hombre no ocurre absolutamente nada y está bien visto o, por ejemplo, un anuncio de zapatos que llegó a ver la luz en el Reino Unido en el que se mostraba cómo un hombre ensangrentado era atravesado por la aguja del tacón de una mujer. El spot fue retirado y prohibido en 2004 por tratarse de una ofensa contra el hombre.

¿Estamos acostumbrados al sexismo? 

Parece ser que sí pero dependiendo de si el objeto de ofensa es hombre o mujer duele más o menos a un sector de la sociedad. Debemos estar más concienciados en palabras como respeto y libertad antes de comenzar a tratar temas como el sexismo, el feminismo o el machismo e incluso conceptos relativamente jóvenes como el hembrismo o las feminazis.

Convendría que todos los seres humanos tuviésemos un mismo punto de partida en el que hombres y mujeres fueran tratados por igual teniendo los mismos derechos y libertades sin distinción de nuestro género u orientación sexual.

El trato sexista hacia un hombre o una mujer resulta denigrante hacia la persona. Normalmente se basa en estereotipos irreales o adquiridos que sirven para causar un beneficio a costa del individuo ofendido. De ahí que la publicidad sexista sea tan recurrente para algunas marcas.

Sexismo también es discriminación de género

Cuando hablamos de violencia machista lo hacemos de la que ejerce un hombre contra una mujer a nivel físico o psíquico y que, desde mi punto de vista y del de la mayoría de los seres humanos, resulta una lacra con la que debemos acabar para evitar la muerte diaria de miles de mujeres en todo el mundo. Sin embargo este tipo de violencia no engloba a la de las parejas homosexuales o la de un hombre que sufre el maltrato de una mujer que, aunque os parezca mentira, haberlos, los hay. Es aquí cuando encontramos un lugar para las personas que sufren el maltrato de sus parejas o de quienes por razón de sexo se sienten agredidas o menospreciadas. Sí, el sexismo es también discriminación de género. Da igual que sea machista o…digamos de la mujer hacia el hombre pues el término peyorativo no es feminista, el feminismo es otra cosa.

La revolución sexual y el sexismo

No podemos comprender el sexismo sin el feminismo, pues este término se formó en este contexto durante los años 60. Esta década supuso el comienzo del fin de la supremacía del hombre sobre la mujer o la subordinación de la misma hacia el macho. Poco a poco y después de sangre, sudor y lágrimas la mujer ha ido consiguiendo abrirse paso en una sociedad en la que aún queda mucho por hacer.

El sexismo no es machismo. Ni el machismo el antónimo de feminismo. El machismo debería erradicarse, el feminismo seguir avanzando en la búsqueda por la igualdad entre hombres y mujeres. El concepto da para rellenar muchas páginas pero lo que realmente quiero transmitir con la palabra de hoy es que hombres y mujeres deben luchar unidos para conseguir una sociedad más igualitaria en donde los géneros se queden a un lado para poder respetar y dejar paso a las personas.

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